En un claro testimonio de que la industria energética puede y debe ser un motor de desarrollo local, Aconcagua Energía ha tendido puentes vitales con el entramado de pequeñas y medianas empresas (PYMES) de Mendoza. El pasado 22 de mayo, en Guaymallén, la compañía congregó a más de 70 representantes de empresas e instituciones en un evento que no solo buscaba compartir conocimientos, sino forjar alianzas estratégicas con una visión de futuro.
En un sector tan dinámico como el nuestro, la sostenibilidad no es una opción, es una necesidad. Aconcagua Energía lo tiene claro. Durante la jornada, se abordaron temas cruciales que van desde la implementación de sistemas de gestión integrados y el desafío de la certificación trinorma, hasta las opciones de financiación para PYMES y una hoja de ruta concreta hacia la sostenibilidad. El objetivo es claro: fortalecer el tejido productivo y fomentar un crecimiento armónico en la región.
El encuentro contó con la presencia de figuras clave como el director de Hidrocarburos de Mendoza, ejecutivos de Aconcagua Energía, y representantes del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y cámaras empresariales como CAMESPE. Esta diversidad de actores subraya el compromiso de la empresa con la colaboración público-privada, entendiendo que el progreso se construye entre todos.
Un punto alto de la jornada fue la presentación del segundo Reporte de Sostenibilidad de Aconcagua Energía. No es solo un documento, es una radiografía de su evolución en materia ambiental, social y de gobernanza (ESG), y un reflejo de su compromiso con las comunidades donde opera. En este marco, se destacó el programa SPARK, una iniciativa de capacitación en sostenibilidad del Pacto Global de Naciones Unidas. Este programa gratuito busca acompañar la cadena de valor de las grandes empresas hacia modelos más sostenibles, lo que en la práctica se traduce en más empleo, menos pobreza y un crecimiento económico genuino.
Como bien señaló María Eugenia Ballestrieri, de Aconcagua Energía, la compañía «realiza un esfuerzo continuo para dar oportunidades que fortalezcan el entramado productivo en las regiones donde opera». Por su parte, Carlos Galván, de CAMESPE, remarcó la importancia de estos espacios para que las PYMES entiendan los estándares de la industria y puedan, así, generar conexiones comerciales sólidas en el sector petrolero.
Este tipo de iniciativas demuestran que la industria energética no solo extrae recursos, sino que también invierte en el capital humano y empresarial de las regiones, sentando las bases para un desarrollo productivo duradero y verdaderamente sostenible. Es una apuesta fuerte por Mendoza, y un modelo a seguir para todo el sector.
